Lady Marlen de l'Croix

por Anguix Dom Ene 10, 2010 10:05 pm

Nombre del personaje: Marlen de l'Croix.
Alineamiento: Legal Neutral.
Familia: Arryn?.
Profesión: Joyera.
Trabajo: Comerciante.

Descripcion fisica

Es una chica bastante alta y delgada pero sin marcar los huesos, de generosos pechos y unas caderas normales.

Tiene una melena rubia que le cae en cascada sobre los hombros enmarcando asi su bello rostro, donde unos ojos no demasiado grades de un azul celeste impresionante, observan con curiosidad todo aquello que les rodea. Sus labios, finos y delicados, siempre en una picara sonrisa que cautiva a todo el mundo (excepto cuando le crispan los nervios, torciendose sus labios en un rictus de desagrado mientras sus ojos arremeten con helidas miradas al inoportuno agresor).

Historia

-Hija despierta, hoy es tu gran día- me despertó mi madre abriendo las cortinas, dejando asi que los rayos de sol entraran mi habitación. Oculte con desesperacion la cabeza debajo de la almohada, no queria despertarme y aun menos ese día.

-Vamos, levantate, te tienes que preparar, hay que arreglar aun muchas cosas y los invitados llegaran pronto- me agarro gracilmente de los brazos y consigio quitarme la almohada de encima - Vamos - repitió mirandome con atención - Mirate... que cara tienes, coge la jofaina y arreglate un poco... si cuando suba no estan decente, te presentas como estes - se levanto de la cama, dejando que la luz del sol me dira de pleno.

Abri los ojos, intentando evitar mirar el objeto de mi fastidio, me levante y me acerque a la palangana con agua tibia que me habia dejado mi madre, me lavé la cara; posteriormente me acerque al tocador y mire mi cara recien despejada al espejo mientras me cepillaba el pelo.

Ya se acabo - pensé - mi vida ya no me pertenecera, solo sere lady para esto lady para aquello, tendre que poner la cara estupida que siempre me han enseñado y servir docilmente al objeto de mi supuesto deseo - pffff - bufe con mi ultimo pensamiento.

Termine mi acicalamiento, ya me arreglarian mejor las doncellas, observe con detenimiento el objeto de mi martirio. De las mas finas telas compradas en Aguas Profundas y cosidos por las mejores costureras de mi casa... ahi tenia mi vestido de novia.

Hace unos meses mis padres, comerciantes de toda la vida, consiguieron arreglar mi matrimonio con un maduro noble, una subida en la escala social que yo no deseaba. Pero que a mis padres rebosantes de felicidad, dicha y sea dicho de paso de una buena fortuna, lo unico que aun no tenian era titulo nobiliario.

Unas diminutas manos empezaron a arreglarme el flequillo, y de la nada, como casi siempre aparecia mi mas inestimable amiga. Alexia. Era mi amiga invisible o eso crei hasta nuestros dias (nadie la veia), me ayudaba y protegia, aunque tambien era un poco traviesa. Tenia todo el aspecto de un hada, al menos de los dibujos de los cuentos.

- ¡Ya te has acicalado!, por fin - dijo mientras entraba mi madre con algunas doncellas - Arregladla rapido, llegaran en cualquier momento y no podemos hacer esperar a sus altezas - sonrei con esto ultimo, mis padres nunca atinaban con el correcto tratemiento - como mucho querida madre, excelencias - le corregi - que yo sepan no me caso con ningun principe-.

Y asi paso el dia de mi boda, entre telas, flores y alfileres. Preparandome para mi supuesto gran dia. Cuando sali de mi casa una enorme y parafernalia carroza me estaba esperando, para llevarme sin mas dilacion a mi inevitable destino.

Llegue a la catedral de Nunca Invierno sin ningun contratiempo para mi gran decepcion, la ciudad aun seguia algo vacia despues de una segunda guerra, y por ello tambien estaba mas limpia que nunca. El cochero se apeo de la carroza y me abrio la puerta dejando me ver el portico de la catedral.

Sali con cuidado de no mover nada del vestido, el tocado, el velo, la cola,... y me fui acercando al portico, mientras me seguian mis padres y algunos invitados mas.

Algo empezo a bullir dentro de mi, yo no queria eso... pero no podia dar vuelta atras, este era mi destino, y asi quedaria sellado hasta que me encontrase con Kelemvor en mi juicio personal.

Entre en la iglesia, casi todos los asintentes sentados y mi futuro marido cerca del altar, desde lo mas profundo una estatua de Tyr observaba la totalidad de la escena. Acompañado de un coro, me fui adentrando en la iglesia y acercandome al fin ultimo de mis dias de libertad. Observe al que seria mi vida para lo que quedaba de la mia, claramente mayor, quizas no demasiado, atractivo a su manera, pero aun asi era un estraño para mi, no era lo que yo queria...

Y de pronto justo cuando estaba ya llegando... ebullí... o eso me parecio a mi, un calor enorme como de una fragua emergio de mi... e imagino que desfalleci.

Cuando me desperte no sabia donde me encontraba, pero de una cosa estaba segura, el destino no tiene porque ser tan inevitable como parece.